El diseño utiliza los ladrillos chatos rojos, que son emblemáticos para el edificio en su vecindad de Santa María, como elemento de diseño interior en el apartamento resolviendo dos elementos importantes para los principales espacios habitables. Uno es la creación de un lobby de entrada que funciona como una credenza en su lado opuesto hacia el comedor, el otro es una pared separadora entre comedor y sala abierta y el área del den familiar.
Esta doble pared de ladrillo esconde un núcleo de dos puertas corredizas que pueden separar el área de den del resto del apartamento. De un lado la pared es un showcase de arte, del otro lado se forma un nicho que sirve al área de billar. El uso de materiales del edificio base en el interior crea un vínculo sutil y la percepción de continuidad y unidad entre el espacio comunitario y el espacio privado.
Los colores de los ladrillos y la madera del mobiliario están estrechamente coordinados por lo que el juego de sus diferentes texturas adquiere mayor importancia y se ve contrastado por los suelos de mármol claro. Otro vínculo con los materiales del proyecto original – es el uso de mármol carrara para revestir los nichos en el área del bufé al final del comedor ya lo largo de la mesa de billar en el estudio.